La Audiencia Nacional de España anunció la apertura de una investigación para determinar si el apagón masivo registrado ayer en casi toda la Península Ibérica fue consecuencia de un ciberataque contra infraestructuras críticas del país. De confirmarse, el caso sería tratado como un delito de terrorismo, según un documento judicial.
FALLO REPENTINO Y PRESIÓN INTERNACIONAL
El corte eléctrico se produjo poco después del mediodía y provocó una caída del 60 por ciento en la demanda energética de España en tan solo cinco segundos.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aseguró que no se ha descartado ninguna hipótesis y subrayó la necesidad de una investigación rigurosa: “La prisa no debe llevarnos a la desinformación ni al error. Hay que investigar qué pasó en esos cinco segundos”, declaró.
REE DESCARTA CIBERATAQUE EN EVALUACIÓN INICIAL
El operador de la red eléctrica, Red Eléctrica Española (REE), sostuvo que su evaluación preliminar descartaba un ciberataque. Eduardo Prieto, director de Servicios para la Operación de Redeia, explicó que la falla se originó por una pérdida drástica de generación en el suroeste del país, lo que desestabilizó el sistema y lo desconectó de la red francesa. Indicó que es probable que la afectación haya sido en plantas solares, aunque aún es pronto para afirmarlo con certeza.
SISTEMA ESTABLE Y DEBATE SOBRE LAS RENOVABLES
Prieto confirmó que el sistema eléctrico ya opera con normalidad. Sin embargo, el incidente reavivó el debate sobre la estabilidad de los sistemas energéticos altamente dependientes de fuentes renovables intermitentes, como la solar y la eólica.
España es uno de los líderes europeos en generación renovable, que en el momento del apagón representaba más del 75 por ciento del suministro energético. Sánchez negó que un exceso de energía limpia haya sido la causa del colapso, e insistió en que el sistema contaba con suficiente capacidad para responder a la demanda, que era baja.
AFECTACIONES REGIONALES Y COSTOS MILLONARIOS
La interrupción del servicio se extendió también a Portugal, aunque para este martes los servicios básicos comenzaban a restablecerse. En ambos países, el transporte público, los semáforos y las escuelas retomaban operaciones gradualmente.
Las autoridades españolas enfrentan presiones para explicar lo ocurrido, en lo que ha sido calificado como uno de los mayores apagones en la historia reciente de Europa. El banco de inversión RBC estimó el costo económico entre 2 mil 250 y 4 mil 500 millones de euros, y criticó al Gobierno por una aparente complacencia ante un sistema energético sin suficiente capacidad de almacenamiento.
ESTADO DE EMERGENCIA Y REPERCUSIONES EN LA VIDA COTIDIANA
El estado de emergencia fue declarado en varias regiones, con el despliegue de 30 mil agentes de seguridad. En Madrid, la estación de Atocha fue habilitada como punto de atención, donde Cruz Roja y Policía distribuyeron mantas y agua.
La ciudadanía enfrentó diversos contratiempos: desde transporte colapsado hasta pérdida de productos perecederos. “Tenemos miedo a que se nos eche a perder la comida… no sabemos si lo cubrirá el seguro”, expresó María Luisa Pinol, dueña de un bar en Barcelona.
En Portugal, el Gobierno informó que hospitales, aeropuertos y redes de transporte público ya operaban, aunque con retrasos.
RIESGOS DE UN SISTEMA INTERCONECTADO
Expertos como Víctor Becerra, profesor de la Universidad de Portsmouth, advirtieron sobre la vulnerabilidad de los sistemas eléctricos interconectados cuando se combinan fuentes renovables con generación convencional. Un fallo localizado, advirtió, puede ejercer una presión repentina sobre redes vecinas y activar paradas automáticas de protección para evitar daños mayores.